Ingredientes:

4 claras de huevo

500 g de mantequilla

150 g de azúcar

200 ml de agua

Empezamos preparando un almíbar con el agua y el azúcar. Mejor que sea lo primero que hagamos porque nos interesa que esté frío cuando lo juntemos con las claras y la mantequilla.

En un cazo mezclamos el agua con el azúcar y lo llevamos a ebullición. Se remueve constantemente durante unos 10 minutos, pero suavemente y poco a poco, por el contrario incorporaríamos aire frío en el almíbar y no nos quedaría bien. Lo reservamos y enfriamos.

Seguimos, ahora montamos las claras a punto de nieve. Con las barillas es lo más fácil y rápido aunque si no tenéis, con paciencia también vale! Para comprobar que hemos llegado al punto deseado, lo comprobamos poniendo el bol boca abajo y si no cae, está perfecto.

 

La mantequilla tiene que estar muy blanda por lo que os recomiendo que la saquéis de la nevera unas horas antes. La cortaremos a trozos grandes.

Si no os ha dado tiempo o no os habéis acordado de sacarla de la nevera, podéis ponerla unos segundos en el microondas (con medio minuto bastará, sino iremos controlando cada 20 segundos más o menos).

Añadimos la mantequilla a las claras en 2 o 3 veces y removemos.

 

 

 

Cuando la mezcla ya está bien emulsionada, cogemos el almíbar (que no esté caliente) y lo vamos añadiendo a la mezcla sin dejar de remover. Lo incorporamos muy poco a poco, tiene que caer solo un hilito de almíbar que se va incorporando a la emulsión. ¡Y ya tenemos lista nuestra crema de mantequilla!

 

Nota: hay diferentes recetas, la que os he descrito es la que hice yo, pero las hay también que no utilizan huevo. Aquí la tenéis por si la preferís:

250 g de mantequilla

250 g de azúcar glas o icing sugar

4 cucharadas de leche

Tamizamos el azúcar y le añadimos la mantequilla y la leche. Batimos durante un minuto a velocidad baja hasta que se integren todos los ingredientes. Subimos la velocidad al máximo y seguimos batiendo durante cinco minuto hasta que llegamos a la consistencia deseada.